jueves. 28.03.2024
Marciano Breña para elMIRA.es
Marciano Breña para elMIRA.es

Gran lección de civismo del mundo del toro

En Jerez de la Frontera se celebró un Paseo en defensa de la Tauromaquia

El día 30 de mayo ha marcado un hito en la vida taurina de Jerez de la Frontera, porque la afición ha dado lugar a una expresión de vitalidad con motivo de acudir a la llamada para hacer un Paseo Taurino. Es el primer acontecimiento de este tipo que, según recordamos, se ha celebrado en esta ciudad, en la cual esa sufrida afición se ve sometida desde hace años a un transcurrir mortecino por culpa de una serie de factores que no es el momento de referir; quizás otro momento próximo sea la ocasión para ello.

Paseo por Calle Larga | Marciano Breña para elMIRA.es

El caso es que se había hecho un llamamiento para que se participara en un paseo, no en una manifestación pues, dadas las circunstancias actuales del estado de alarma por la pandemia del coronavirus, no era posible tal cosa; antes al contrario, se había hecho hincapié en que se deberían extremar las precauciones, llevando todos mascarilla y respetando la distancia social de dos metros como mínimo, intentando formar grupos de no más de quince. Además se pedía que marcharan los participantes en dos filas de a uno, con gran separación entre ambas filas. Asimismo se había insistido en que no se deberían llevar pancartas, o distintivos de otro tipo, ni se deberían proferir gritos o cánticos con ninguna clase de reclamación.

Calle Larga con Paseo Taurino | Marciano Breña para elMIRA.es

La convocatoria se había extendido a través de las redes sociales, que es como en estos días se está comunicando y organizando casi todo, pero no hubo ninguna asociación concreta o personas que firmaran la llamada. En un principio se repartió un cartel que iba a nombre de un colectivo llamado a sí mismo Profesionales Taurinos; ese fue el cartel que publicamos en nuestra anterior crónica de elMira.es. Lógicamente podía pensarse que la razón que impulsó esa llamada fue la exclusión que habían sufrido los picadores y banderilleros del decreto ley 17/202, de medidas de apoyo al sector cultural, pero es verdad que el lema era "Paseíllo en defensa de la Tauromaquia", abarcando algo más, algo como el menosprecio general que la fiesta de los toros está sufriendo por parte del actual gobierno. Sin embargo, después surgieron unos momentos de dudas y parece que hubo quien quiso echarse para atrás, en espera de mejor ocasión (puede que algún ingenuo crea que el momento de pedir las ayudas será cuando éstas se hayan repartido ya).

Paseo en Plaza Aladro | Marciano Breña para elMIRA.es

Al poco, salió en las redes sociales otro cartel semejante, confirmando la convocatoria pero en esta ocasión a nombre de una autollamada Inicativa Popular Taurina, que ahora no sabemos muy bien si sólo se refiere a los profesionales taurinos o engloba a otros sectores afectados por la pandemia, lo que incluiría a ganaderos, matadores, personal auxiliar e incluso aficionados; este cartel se reprodujo en los medios de comunicación siguiendo la tónica de los últimos movimientos ciudadanos, cual es la convocatoria anónima (éstas son las cosas no sólo de la pandemia sino del uso tan extendido de las redes sociales, nuevo signo de los tiempos).

El caso es que llegó el día previsto y la Plaza del Arenal empezó a recibir personal por un lado y por otro, todos con sus mascarillas y saludándose a taurina e higiénica distancia. Apareció la Policía Local y algunos de sus miembros preguntaban dónde estaban las personas convocantes pero nadie sabía dedirle dónde ni quién. Llegada la hora anunciada, comenzaron poco a poco el paseo, según los requisitos que se habían pedido por las redes y, así, en mayor o menor silencio, sin intentar molestar ni a viandantes ni a ocupantes de terrazas, se fue ejecutando la mejor muestra de lo que saben hacer los aficionados a la fiesta más culta del mundo. Por algo ellos son los más cultos y los más educados. Se estaba dando a la ciudad y a las autoridades la mejor lección de civismo. Con motivo de querer expresar las dificultades que la tauromaquia está viviendo no hacía falta ni gritar ni siquiera hablar; bastaba el comportamiento. Los naranjos de la calle Larga se estaban haciendo cargo del mensaje y lo replicarán, como altavoces, en los días sucesivos, cuando vuelva a ser la misma hora de esta tarde primaveral; se lo repetirán a los que deben oírlo, a los que hasta ahora parece que no quieren oírlo. La escena se nos antojaba emocionante, con algún estremecimiento similar al de una procesión de Semana Santa cuando va a romper una saeta.

Allí estaba, porque se había presentado, una nutrida asistencia, superior a las quinientas personas, en perfecto orden. No faltaban nombres ilustres. Así, iban ganaderos como Álvaro Domecq o Santiago Domecq; toreros como Luis Parra Jerezano, Rafael Camino, Juan José Padilla, Octavio Chacón, Jesuli de Torrecera, Víctor Janeiro o Alejandro Morilla; novilleros como Eloy Hilario o Cristóbal Reyes; picadores como Juanito Gil o José Antonio Barroso; banderilleros como Tomás Loreto, José María Copano, Caro Gil, Isaac Galvín, Daniel Duarte, Mambrú, Antonio Ocaña o Álvaro Núñez; el presidente de la Asociación Andaluza de Escuelas Taurinas, Eduardo Ordóñez; empresarios taurinos como Eduardo Duarte; presidentes de plaza como Jerónimo Cornejo, Rafael Carrero o Rafael Sestelo; arquitectos taurinos como José Carlos Galán; aficionados de prestigio como el doctor Guillermo Boto o el francés Charles Crépin, presidente del Círculo Taurino de Nimes. Esto en lo referente al mundo taurino,  pero además apoyó con su presencia el diputado nacional Agustín Rosetti. Naturalmente, lo más importante fue la presencia de aficionados de todas las edades, mayores, jóvenes, niños, hombres y mujeres, ciudadanos que entre sus derechos quieren seguir teniendo el de la libertad para acudir al espectáculo que más les gusta, el que más quieren.

Paseo por Calle Circo | Marciano Breña para elMIRA.es

Al llegar a la calle Zaragoza la estrechura era tal que sí se hacía difícil mantener las distancias pero se puso la mejor voluntad y la circulación de vehículos nunca se vio interrumpida. En la calle Circo las dos filas se expansionaron y daban la imagen de un día de toros de esta feria del Caballo que no hemos tenido o de aquellas tardes en que se anunciaba algún torero local (Paula, Jerezano, Padilla...). Al llegar a la puerta del Coso de la Malata, el personal se repartió con sus distancias sociales y utilizando incluso las dos aceras laterales. Se pidió un minuto de silencio, antes incluso de que terminaran de llegar todos, un silencio por las víctimas del coronavirus, entre las que están algunos nombres del toro (recordamos al ganadero Borja Domecq o a los taurinos Santiago Bravo y Emilio Escobar, junto con otros). Tras el silencio estalló una ovación, sentida y larga, contenida pero queriendo expresar muchas cosas, y cuando se produjo un receso subieron al aire gritos de viva la tauromaquia y vivan los toros, para volver a renacer otra ovación, que no sabíamos cómo terminar.

Rivera, Padilla, Álvaro Domecq y Agustín Rosetti | Marciano Breña para elMIRA.es

En esto, justo al terminar el minuto de silencio y a comienzos de la primera ovación, los agentes policiales que habían acompañado el paseo se quitaron de los aledaños de la gente y, viendo la misión cumplida, dejaron a los aficionados recrearse en eso que se había conseguido, dar una lección de civismo y haber mostrado que con ellos hay que contar. Los agentes habían cumplido con su labor, habían colaborado al éxito del paseo y lo mejor para cerrar esta crónica es dejar patente el agradecimiento de la buena gente del toro a la buena gente que mantiene el orden. Que los taurinos son gente de orden, lo cual siempre debería verse como una virtud, pero algunos de fuera lo ven como oportunidad para aprovecharse de esa buena voluntad y hacer que gobierne el desorden.

Gran lección de civismo del mundo del toro