miércoles. 24.04.2024

Droga y roba a dos chicos tras quedar por una app para ligar. La Policía Nacional ha detenido a un hombre de 33 años y nacionalidad colombiana por supuestamente drogar y saquear a dos chicos en sus domicilios de Marbella (Málaga) tras captarlos a través de una aplicación móvil para ligar. La Autoridad Judicial ha decretado su ingreso en prisión.

El presunto responsable se habría ganado la confianza de ellos tras días de conversación telefónica. Y les habría convencido, finalmente, para tener una cita en sus domicilios y prepararles una comida. En el encuentro, el arrestado habría echado una sustancia química en la bebida a los perjudicados; causándoles un profundo estado de sedación y aprovechando esta circunstancia para robarles.

La investigación se inició con las denuncias de dos ciudadanos de Marbella que manifestaron haber sido asaltados en sus respectivos domicilios; a raíz de contactar con un desconocido a través de una red social.

Según las indagaciones, tras conversar durante días, vía telefónica, las víctimas y agresor concertaron una cita en Puerto Banús; lugar donde el sospechoso les convenció para ir a sus casas con la excusa de prepararles una comida. Una vez en el inmueble, el detenido habría elaborado unos zumos de frutas naturales; que una vez ingeridos, llevaron a los perjudicados a un profundo estado de sedación.

Así, mientras permanecían profundamente dormidos, el investigado aprovechó la situación para sustraerles efectos de valor y dinero en efectivo; así como para usar sus teléfonos móviles y ordenadores; eliminando datos que le pudieran delatar y tratando de acceder a sus cuentas bancarias.

Positivo en benzodiacepinas

Las víctimas despertaron pasadas unas cuatro o cinco horas; presentando síntomas claros de aturdimiento y fatiga muscular; así como incoherencia en sus actos y conversaciones. Ambas acudieron a un centro sanitario donde se les realizó una analítica de sangre que arrojó un resultado positivo en benzodiacepinas. Incluso, una de ellas necesitó ser ingresada durante tres días en un hospital; al padecer patologías cardíacas previas.

Agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría Local de Marbella se hicieron cargo de la investigación para la identificación, localización y detención del presunto autor de los hechos.

Las diligencias realizadas llevaron a identificar al responsable, quien ya había sido arrestado en el año 2018 en Madrid por hechos de la misma índole, ingresando en la prisión de Soto del Real, donde permaneció hasta cumplir condena en septiembre del presente año.

Ahora los agentes han vuelto a detenerle en Madrid. Esta vez, ha sido por sendos delitos de robo con violencia e intimidación y lesiones, cometidos en Marbella. La Autoridad Judicial ha decretado su ingreso en prisión.

En el transcurso de la investigación, los agentes han arrestado también a dos ciudadanos belgas, de 30 y 38 años, quienes habrían sido cómplices del principal investigado, a quien facilitarían sus desplazamientos.

Ginebra con lejía

Del todo deplorable. Denunciable. Para despertar la ira de todos cuantos han conocido -van conociendo- la noticia. Hechos que no deben pasar. Sucesos propios de incívicos. De irracionales. De personas incívicas, brutas de toda brutalidad. Nos remitimos a los hechos propiamente dichos. Un chiquillo, un niño de tan sólo 12 años de edad, con autismo, ha sufrido un grave percance. Un percance para no contarlo si  llega a truncarse un poco más la cosa.

¿Vive de milagro? Podemos decir que sí. Ha estado al borde mismo de la muerte. ¿Por qué? Porque ha ingerido, sin saberlo, ginebra con lejía. Es decir: una combinación explosiva. Una combinación peligrosísima. Una combinación perjudicial. Una combinación casi mortal.

Sus familiares afirman que el combinado le fue entregado por unos amigos mayores que él. Tan pronto el niño se desplomó en el suelo, sus amigos, sus supuestos amigos -¿amigos ciertos?- optaron por huir, lo cual podría suponer un delito gravísimo. No una chiquillada, no una gamberrada, sino un delito grave. Muy grave.

Ahora los investigadores siguen intentando esclarecer los hechos. La cosa comenzó cuando Ronnie Phillips, de 12 años, y su hermano Jimmy, de 11, aprovecharon que su madre que había quedado dormida, profundamente dormida, para acudir a una quedada con unos amigos, que estaban bebiendo alcohol en la calle.

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