viernes. 19.04.2024

Contra las hemorroides: más fibra, agua y movimiento

El especialista sostiene que unas tres cuartas partes de la población en algún momento de su vida tendrá un problema con las hemorroides

Con esto de las hemorroides hay mucha confusión y partimos en muchos casos de conceptos erróneos, y es que hemorroides tenemos todos.

Ahora bien, patología hemorroidal, que es de lo que nos quejamos, no todo el mundo la padece, y por suerte.

En concreto, "las hemorroides en sí son una estructura anatómica normal que tiene el cuerpo en el canal del ano, y además con una función importante a la hora de proporcionarnos continencia y sensación de necesidad de ir al baño, en caso de que haya heces en el recto", según explica en una entrevista con Infosalus el médico adjunto de la Unidad de Coloproctología del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid, el doctor Jaime Zorrilla.

El también especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo insiste así en que hemorroides tenemos todos, pero hay que diferenciarlas de la patología hemorroidal, que tiene lugar cuando éstas dan problemas: "No son varices, sino un tejido conectivo y vascular que nos facilita la continencia y tener información de que tenemos material tenemos en el recto y en el ano".

De hecho, este especialista sostiene que aproximadamente unas tres cuartas partes de la población en algún momento de su vida tendrá un problema relacionado con las hemorroides, destacando también que en muchas ocasiones se trata de problemas puntuales, agudos, y que ceden en un periodo corto de tiempo, mientras que en otros casos se cronifican, aunque no suele ser lo habitual.

A su vez, el miembro de la Asociación Española de Coloproctología menciona que la patología hemorroidal está muy relacionada con nuestros hábitos, con seguir una dieta pobre en fibra, o con beber menos agua de la que deberíamos, a lo que se podría sumar el que nuestros hábitos defecatorios no sean saludables.

"El hábito defecatorio es importante, a esto nos referimos con que al baño hay que ir para hacer una deposición y no estar sentado durante largos periodos de tiempo y haciendo pujos, si no tenemos ganas de hacer deposición. Sentarse, hacerla e irse. Ni tampoco aguantársela cuando a uno le entran ganas, hay que procurar posponerlo lo menos posible", describe el experto.

El doctor Zorrilla apunta también que en las mujeres gestantes las hemorroides suelen ser frecuentes porque se producen una serie de cambios hormonales y también en la circulación sanguínea que las favorecen.

"Son problemas puntuales, que una vez el parto ha terminado y la situación vuelve a la normalidad, tienden a solucionarse", remarca.

El síntoma de patología: el sangrado

Para poder identificar que nuestro problema deriva de una hemorroide, el doctor Zorrilla señala que lo más frecuente en estos casos es el sangrado, "en contra de lo que la población piensa", y sin ningún tipo de síntoma asociado.

"Siempre que haya sangrado se debe consultar con un especialista, aunque se piense que hay hemorroides que lo justifiquen, porque también puede ser un síntoma de cáncer de colon y de recto", añade el experto.

El médico adjunto de la Unidad de Coloproctología del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid apunta igualmente que, en ocasiones, se asocia a un prolapso continuo, algo que se exterioriza por el ano en el momento de la deposición y que vuelve a su sitio tras el pujo.

"También pueden producirse trombosis hemorroidales (bulto violáceo), en los plexos que hay en la piel perianal. Son problemas más agudos que cursan con una hinchazón local muy molesta, que dura 7-15 días, y donde la inflamación va desapareciendo. Son pacientes que presentan al lado del ano un bulto de coloración morada-violáceo, que es el trombo en sí", apostilla Zorrilla.

Además, resalta que las hemorroides raramente producen dolor, y de existir el dolor con la deposición seguramente exista otro problema que deberá ser valorado por el médico especialista.

"Muchos pacientes se equivocan, si existen molestias en la región del ano se debe consultar y evitar siempre automedicación", advierte el especialista, al mismo tiempo que indica que la patología hemorroidal puede generar picor, escozor o molestias en el momento de defecar.

Más agua y fibra en nuestra dieta

Con todo ello, el especialista recuerda que a la hora de prevenir la patología hemorroidal "lo más importante" es aumentar la fibra en nuestra dieta, con el objetivo de "conseguir un tránsito intestinal eficaz, y un bolo fecal blando".

También dice que se debe aportar agua a la dieta, "la fibra sin agua se convierte en un bolo fecal duro, que necesita de esa agua para conseguir la 'esponjosidad' adecuada".

Aquí el especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo subraya que también es muy importante el movimiento, que favorece el tránsito intestinal.

A su vez, apunta a la conveniencia de corregir nuestros hábitos defecatorios si estos no son buenos: "No hay que forzar antes de salir de casa por evitar hacer deposiciones en el trabajo. Hay que hacerlo cuando uno tiene ganas. Del mismo modo, si le entran ganas intentar hacerlo porque aunque consiga controlarlo y desparezcan las ganas, todo el tiempo que el bolo fecal permanezca en el recto hará que esa deposición sea más dura, lo que favorece la patología hemorroidal".

En cuanto al tratamiento, el doctor Zorrilla subraya que es "multifactorial", y señala que en primera instancia siempre se debe intentar corregir aquello que se haga mal.

"Muchas veces al cambiar nuestros hábitos se mejoran bastante los síntomas, aunque cuando no se corrigen de esta manera hay múltiples opciones", agrega.

En consulta un par de tratamientos que suelen realizarse, según detalla, son la ligadura hemorroidal con banda y la esclerosis, que no requieren de ingreso, y que son bastante efectivos a la hora de corregir el sangrado.

"Cuando existe ya prolapso muchas veces hay que recurrir a la cirugía. Desgraciadamente, en estos casos, el posoperatorio suele ser molesto", agrega.

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