jueves. 28.03.2024

La primavera del cambio

Tribuna Libre de Raúl Ramírez, portavoz de Foro Ciudadano de Jerez: "La primavera del cambio"

Pasear por Jerez recién estrenada la primavera es un ejercicio muy recomendable para cualquier persona que mantenga la curiosidad y la capacidad de ser sorprendida año tras año por nuestra ciudad en ese matrimonio perfecto que desde siempre mantiene la misma con la estación del renacimiento de la vida.

Ser jerezano y callejear con el abrazo de los colores, la luz primaveral y la caricia de olores de la nueva estación meteorológica es una experiencia, que al menos al que suscribe estas breves líneas, le sigue maravillando. El paseo, la observación de la realidad que nos rodea, es altamente aconsejable para aquel que simplemente es consciente del entorno en el que vive, y es imprescindible para el que con un mínimo de sentido crítico y constructivo se acerca a su realidad más cercana, y en nuestro caso concreto a la de nuestro Jerez.

Y es que en el Jerez actual parece, salvo que la nueva estación te haga perder todos los sentidos, que la primavera se resiste a aparecer en muchos lugares, desgraciadamente demasiados. Porque aunque ese maridaje perfecto de ciudad andaluza y primavera se reitera año tras año, no es menos cierto sino toda una realidad que en Jerez desde hace varios años, demasiados, la primavera no aparece en todo su esplendor.

Aunque el calendario marque las fechas lo cierto es que si seguimos paseando, pateando los barrios de nuestro Jerez nos encontramos que en ellos, y entre los miles y miles de jerezanos sigue albergando demasiado frío y oscuridad. Demasiada tristeza invernal.

Pasear más allá de la Porvera, la Corredera, la Alameda Vieja o la calle Medina, nos adentra en otra realidad de nuestra ciudad. La realidad de su centro histórico, de sus barrios. Barrios donde la primavera hace años que no llega para quedarse más allá de notarse simplemente en lo meteorológico. Porque ir a pasear a nuestro centro histórico, a los barrios obreros del Este, Norte, Sur u Oeste de nuestra ciudad es encontrarse con una realidad de frío, mucho frío. No meteorológico sino frío de abandono y desatención a sus gente. Servicios públicos deficientes, problemas de viviendas sin  resolver, realidades de exclusión sin atender, paro, mucho paro… y sobre todo la desilusión instalada en el melancólico paso de fechas del calendario.

A una ciudad, a sus gentes, lo peor que les puede pasar es que pierdan el orgullo, la ilusión, la primavera. Opino humildemente que el trabajo a pie de calle, esos paseos no sólo primaverales, te dan la temperatura real, no sólo la meteorológica, del estado de tu ciudad. Creo que algunos, los responsables municipales con su alcaldesa al frente, llevan demasiados meses en una primavera virtual de despacho. Quizás cuando quieran salir no les quede azahar ni primavera que oler porque se haya instalado el frío invierno en nuestro Jerez. Visto lo visto, ojalá esta sea la última primavera para quienes se han empeñado en que esta ciudad sea un poco peor cada día que pasa. Algo tiene que cambiar, algo tiene que pasar.

La primavera del cambio