Los tres espadas, a hombros en Sanlúcar
Finito, Padilla y Manzanares, con juanpedros
Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Sábado, 22 de agosto de 2015. Corrida correspondiente a las Fiestas de la Exaltación del Guadalquivir. Tiempo soleado con brisa poniente que en algunos momentos molestó a la lidia. Tres cuartos de entrada. Toros de Juan Pedro Domecq, con pesos entre 490 y 510 kilos; aplaudido el primero en el arrastre; de buen juego, segundo, tercero y cuarto.
Finito de Córdoba y Juan José Padilla salieron a hombros por la puerta grande, acompañado de gran cantidad de jóvenes. |
C
on unos problemas de organización comenzó una corrida que iba a resultar al final buena, lo que se esperaba a tenor del cartel anunciado, tras la sustitución de Cayetano por Finito. Tres puertas en la plaza no fueron suficientes para evitar el caos de la entrada del público, feo detalle al que se añade el de la ausencia de alguacilillo, presente otras veces y ausente ahora con un cartel de relumbrón.
El primer toro fue el comienzo de una buena tarde. Hubo puyazo trasero y buenos pares mientras Álvaro Oliver desarrollaba buena brega; vimos una faena pinturera de Finito de Córdoba (de gris y oro), basada al hilo del pitón, con pinceladas de enorme sabor, aunque el toro se apagó pronto. La faena al cuarto de la tarde empezó con larga cambiada en el tercio para seguir con buenos lances y media a pies juntos; el puyazo lo recibió el toro en el caballo de puerta mientras que el tercio de banderillas fue aseado; el comienzo de faena consistió en una serie de seis muletazos a pies juntos y la hondura e y la inspiración torera la marcaron de principio a fin.
Al segundo lo recibió Padilla (de celeste y oro) con cuatro largas cambiadas de rodillas y al caballo lo llevó con un galleo por chicuelinas, aunque quedó sin picar; en el primer par de banderillas se inutilizó y el toro y fue cambiado. En el sobrero el recibo fue otra vez con larga cambiada; el puyazo quedó trasero y el picador fue descabalgado, evitando Manzanares el desboque del caballo; la labor del maestro en banderillas fue cumbre; Juan José formó un auténtico lío, en una faena muy completa de principio a fin, iniciada de rodillas y terminada por manoletinas, con gran calado en el tendido; Miguelete apuntilló certero. En el quinto Padilla lanceó toreramente; tras un puyazo, el tercio de banderillas fue arrollador; tras el brindis al maestro Luis Parra Jerezano, la faena fue de entrega y conexión con el público, con raza; Miguelete volvió a estar acertadísimo y las palmas por bulerías precedieron al recibo de los trofeos.
En el tercer toro, Manzanares (catafalco y azabache, como es habitual en esta temporada) recibió con buenos lances; se vio un buen puyazo en el tercio y tras las banderillas saludó Curro Javier; el maestro puso el temple, la despaciosidad y la majestuosidad, con un toro a menos. En el sexto, castaño y complicado, con luz artificial pobre, el recibo de capote fue aseado pero torero; el puyazo volvió a correr a cargo del caballo de puerta; tras unas banderillas aseadas, Manzanares inició la faena con temple y fue sacando recursos y técnica para acabar sometiendo al animal.
No podemos terminar esta crónica sin dejar expresado el agradecimiento al gran aficionado Rafael Valenzuela, presidente de la Tertulia Taurina Jerezana, por su labor de asesoramiento, fundamental para la redacción de la misma.