El número de parados en Granada podría duplicarse hasta el 37,5%

El descenso de la actividad turística tendría un impacto total que podría llegar a representar un 2,12% del PIB andaluz y un 20,15% del PIB granadino

Un informe realizado por investigadores de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Granada (UGR) señala que la crisis del coronavirus puede doblar en Granada el número de parados, hasta alcanzar un 37,5 por ciento de tasa de paro, y llevará la renta a datos muy inferiores a los peores años de la crisis financiera mundial de 2008.

El trabajo, realizado por los profesores Teodoro Luque Martínez y José Alberto Castañeda García, se basa en datos del Observatorio Turístico de la provincia de Granada del año 2018 elaborado por 'Investigación y Comunicación. Datacom'; los informes Exceltur de 31 de marzo y 19 de abril de 2020 sobre el impacto en el sector turístico español y desglosado por comunidades autónomas.

También, en el Anuario Estadístico de Andalucía y Marco Input Output de Andalucía para 2016 publicado en 2019 por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA); la Contabilidad Regional de España y Encuesta de Población Activa del Instituto Estadística de España (INE) y el Observatorio Argos del Servicio de Andaluz de Empleo.

En la última versión del escenario que viene actualizando Exceltur desde finales de marzo para el sector turístico se plantea una caída en el turismo del 80,9 por ciento para Andalucía.

En el escenario inicial de Exceltur, que planteaba una recuperación inmediata de la actividad turística, la reducción de la actividad turística para la provincia de Granada sería de 671,3 millones de euros de impacto directo, con un impacto adicional sobre la producción de 1.701,5 millones de euros en la economía andaluza (principalmente en la provincia). Respecto a Valor Añadido Bruto (VAB), el efecto adicional es de 996,3 millones de euros.

Poniendo estas cifras en referencia al PIB territorial, y considerando el impacto total (efecto directo, indirecto e inducido) esto representa un 0,85% del PIB andaluz y un 8,09% del PIB de la provincia de Granada.

Esta disminución de la actividad en el sector turístico granadino implica la pérdida adicional de algo más de 22.000 puestos de trabajo.

En conjunto, esto supone un impacto total de 0,94% del empleo andaluz y un 9,04% del empleo en la provincia.

Este dato conllevaría una subida del 36,38% del número de parados en la provincia de Granada y que la tasa de paro subiera del 19,68% de final de 2019 al 26,8%, para la misma población activa existente a finales de 2020.

Escenario más pesimista

En el escenario más pesimista, que prácticamente da el año casi por perdido, el descenso de la actividad del sector en Granada tendría un impacto total que podría llegar a representar un 2,12% del PIB andaluz y un 20,15% del PIB granadino. Y en términos de empleo este descenso representaría un 2,33% del empleo andaluz y un 22,49% del granadino.

Esto significaría que solamente con este descenso en la actividad turística de la provincia de Granada, sin contemplar otras provincias, se produciría un aumento del 9,21% del número deparados en Andalucía y un aumento del 90,5% en el número de parados de la provincia de Granada, alcanzando la tasa de paro en Granada el 37,5% (se supone que la población activa no varía).

Obviamente, la mayor pérdida de esa producción, de la renta y del empleo se centra en el sector servicios. Queda claro que la crisis Covid-19 tiene un impacto económico principalmente en el sector turístico con consecuencias muy superiores a las que tiene en otros servicios (como los servicios de salud, educación, comercio o financieros) o en otros sectores como el agrícola, la construcción o la industria.

Medidas estructurales

Estos datos ponen de manifiesto la necesidad de una profunda reflexión en el sector y de tomar medidas estructurales que primeramente enfrenten la pérdida de empleo, tanto asalariado como por cuenta propia, destacan los autores.

También se debe reestructurar a su juicio la oferta de una manera realista, que sea sostenible en el nuevo contexto, en el cual tendrá un papel destacado las medidas de seguridad sanitaria y toda la innovación que de ellas se deriven renovando el concepto de servicio turístico.

Los escenarios más pesimistas plantean que se tardará tiempo en volver a los niveles cuantitativos de los últimos años.