viernes. 29.03.2024

Transforma el miedo de las bombas en Siria en un juego para hacer reír a su hija

Este padre convierte los terroríficos sonidos de bomba en un juego con el objetivo de "evitar una crisis psicológica" a su pequeña

En mitad del drama humanitario de Siria, Abdullah Al-Mohammad se ríe con su hija Salwa cada vez que cae una bomba. Las risas forman parte de un juego inventado por el progenitor para proteger a la menor, de tan solo tres años, de una "crisis psicológica" que ha visto sufrir a otros niños en la misma situación.

Al conocer esta historia, es inevitable recordar la película de Roberto Benigni, 'la Vida es Bella', y encontrar similitudes. En la ficción, un hombre construye una elaborada fantasía para proteger a su hijo en un campo de concentración nazi.

En la realidad, un padre sirio, de 32 años, se inventa un juego para hacer creer a su hija que las bombas que constantemente oyen forman parte del mismo.

La familia se vio obligada a huir de su hogar en Saraqib, Idlib, debido a la guerra civil siria. Viven en casa de un amigo en Sarmada, un pueblo de la misma provincia, pero no han podido huir de los bombardeos y los sonidos que recuerdan una guerra constante.

"Los niños están pasando por un trauma psicológico debido a los bombardeos constantes. Busqué una forma de hacer de estos bombardeos una razón para la felicidad", explica el progenitor a la versión turca del medio The Independent.

"Le dije a los niños que el sonido de los bombardeos procede de pistolas de juguete. Y no son algo aterrador, sino divertido. Ella cree que los bombardeos son de pistolas de juguete", explicó Abdullah.

El hombre de 32 años mantiene la esperanza de recuperar el sentido de normalidad para darle a su familia una mejor vida en un futuro cercano.

El drama de esta familia es uno más en un mar de tragedia. La ONU ha alertado de la "horrible situación" actual en el noroeste de Siria, donde 900.000 personas han sido desplazadas desde el 1 de diciembre, la gran mayoría mujeres y niños que no tienen adónde ir.

Transforma el miedo de las bombas en Siria en un juego para hacer reír a su hija