Recuperar la ilusión ante el peor visitante de La Liga

El Mallorca tan solo ha sumado un empate en once salidas, algo que el Betis intentará aprovechar para coger el último tren hacia Europa

Duelo de necesidades en el Villamarín. El Betis no puede permitirse más derrotas. Ahora no. Los de Rubi han dejado de lado en las últimas semanas la dinámica positiva que venía acompañando al equipo y ahora ni resultados, ni sensaciones, les acompañan.

Ante la mala racha, llega el Mallorca, un equipo que no sabe lo que es ganar fuera de casa desde que volviese a Primera División tras su periplo durante siete años en Segunda División. Los de Vicente Moreno suman un solo empate en once salidas, algo que el Betis quiere aprovechar.

El Villamarín espera ansioso una nueva victoria de su equipo. Cuatro partidos han pasado ya desde aquella goleada a la Real Sociedad, que encendió los ánimos tanto de plantilla como de afición. Sin embargo, cuatro partidos más tarde, los verdiblancos tan solo han logrado dos puntos de 12 y la situación comienza a tornarse en crítica.

Pese a que todos las estadísticas apuntan a una victoria local, por el aficionado bético retumban las dudas y la mala imagen del equipo en las últimas semanas. Todo es posible y una derrota hoy podría suponer un cataclismo en la institución, que podría traer el ya más que definitivo adiós a un objetivo que se diluye partido tras partido.

Para que eso no pase estará Fekir. El jugador más en forma del equipo vuelve tras su injusta expulsión ante el Barça y será de la partida junto a Loren, otro de los que está destinado a sacar al Betis del bache.

Rubi, que habló en la previa del partido, tenía claro que nadie iba a bajar los brazos pese a los malos resultados, sino que todo lo contrario: "Aquí no va a tirar la toalla nadie. Nadie. Por mucho que pueda parecer que la distancia sea más larga unas semanas u otras más cortas, aquí no bajaremos los brazos pero ni un minuto. Y el jugador o la persona de mi lado que pueda hacerlo, se le acabará el participar".

De esta manera, el Betis afronta su último tren, una última bala que dictará sentencia en el futuro próximo del equipo. El ganar volvería a traer la ilusión, pero el perder supondría el punto y final a todas las aspiraciones de la temporada.