Lucha con katanas de un matrimonio para decidir quién se queda con los hijos
El hombre ha pedido al Tribunal que llega su divorcio un “juicio por combate”
Cuando parecía que ya ninguna noticia podía asombrar a propios y extraños, la realidad da una vuelta de tuerca a lo meramente inédito. A lo puramente impredecible. Un hombre ha retado a su exmujer a luchar con katanas japonesas para resolver quién se queda la custodia de los hijos.
No es que el hombre haya perdido la razón, pues bien que conserva su sano juicio. La explicación -o la justificación- descansa en que este sistema proviene del derecho germánico y todavía no ha estado prohibido. David Ostrom, de 40 años y natural de Iowa (Estados Unidos), ha presentado una moción ante el tribunal que lleva su divorcio, pidiendo un "juicio por combate"…
Lo tiene clarísimo. El objetivo es que él y su mujer luchen con katanas japonesas para decidir la custodia de sus hijos. La fórmula de diálogo no parece la más recomendable. Ostrom ha explicado que sabe que es una propuesta "absurda" pero sirve para llamar la atención sobre su caso.
Llamar la atención. Hacer ruido. "Nadie hace caso de las dificultades que estoy pasando. Me han tratado injustamente y no han abordado la custodia de manera igualitaria", ha expresado el hombre.
Un dato curioso: la fuente: la musa de la idea: la serie Juego de Tronos ha sido la fuente de inspiración de esta propuesta, ya que a la serie se resuelven muchos conflictos políticos con combates. Incluso, en la moción, detalló el tipo de espada que utilizarían, una katana y un wakizashi.
A mayor abundamiento el padre se defiende diciendo que el juicio por combate no ha sido prohibido a los Estados Unidos. Este enfrentamiento proviene del derecho germánico para resolver acusaciones en ausencia de testigos o de una confesión, en el que las dos partes luchaban entre ellas hasta que una de las dos ganara. Así que las cartas “legales” están sobre la mesa. O bocarriba. A la vista cristalina de todos.
Ante la solicitud, su exmujer ha pedido que Ostrom pierda todos los derechos de visita y se someta a una evaluación psiquiátrica. Como reacción, el hombre ha declarado que "quiero dar la oportunidad a mi expareja de encontrarse conmigo en el campo de batalla, donde arrancaré su alma de su cuerpo". Sin vacilaciones.
Con respecto al juzgado, ha resuelto que "hasta que no se sigan los pasos procesales adecuados para iniciar un procedimiento judicial, este tribunal no tomará ninguna otra acción respecto de mociones, objeciones o peticiones de cualquiera de las partes".
