jueves. 28.03.2024

Un joven agrede a tres policías tras una tremenda discusión familiar

Tres policías locales han resultados heridos en Melilla al detener a un joven que tuvo que ser reducido con un 'taser'

Tres agentes de la Policía Local de Melilla han resultado heridos tras intervenir en una acción conjunta con la Policía Nacional en un barrio periférico, en la que un joven de 20 años armado con un cuchillo les arrojó una bombona de gas desde un tercer piso y posteriormente les lesionara con cristales cuando se disponían a detenerlo.

La madre también ha sido arrestada por tratar de impedir que los agentes redujeran al joven, al que finalmente le tuvieron que disparar con una pistola eléctrica "Taser" para detenerlo, cayendo desde un segundo piso a lona que había preparado el servicio de Bomberos, y posteriormente vacunado por el 061 con tranquilizantes al fracturar las ventanas del vehículo policial y desencajar las puertas a base de "patadas" a pesar de estar esposado.

Según informa la Jefatura de la Policía Local en un comunicado, los hechos ocurrieron la noche del pasado sábado 18 de julio en la barriada de Tiro Nacional, donde al parecer había un problema familiar, por lo que la sala Operativa del 091 comisionó a un indicativo para que se desplazara hasta el lugar. Una vez allí los agentes pudieron observar como un individuo y desde el balcón de su domicilio, en compañía de su madre, sujetaba una bombona de butano con la que amenazaba con lanzársela a los policías si accedían al portal del edificio.

La Policía Local, ante estos hechos, solicitó el apoyo del resto de servicios tanto de Policía Nacional como de su propio cuerpo de seguridad, a lo que sumaba la aglomeración de muchas personas en las inmediaciones. También requirieron la presencia del servicio de Bomberos y una ambulancia del servicio de atención médica urgente del 061.

El portavoz policial ha explicado que una vez que llegó el resto de las dotaciones policiales, acordonaron la zona, "instante en el que el individuo lanzó la bombona de butano, desde un tercer piso, hacia los policías actuantes, teniendo que apartarse para evitar ser alcanzados por la misma". Los policías tuvieron que hacer uso del material antidisturbios contra el agresor, consiguiendo así acceder al interior del edificio y llegar hasta la vivienda donde se hallaba esta persona.

Armado con un cuchillo

A su vez, este individuo y desde el balcón esgrimía un cuchillo con el que "amenazaba con matar a los agentes que subieran y dirigiéndose hacia el centenar de personas allí congregadas, las incitaba para que atentaran contra los agentes actuantes".

El portavoz policial ha destacado que una vez en el portal la madre del agresor se puso en medio para evitar que llegasen los agentes hasta el balcón donde estaba su hijo, "propinándoles empujones, y ofreciendo gran resistencia, siendo conminada y en reiteradas ocasiones para que depusiera su actitud, aunque ante la negativa de ella y viendo que la misma se volvía cada vez más violenta, procedieron a su detención".

Los agentes, una vez procedieron a la entrada a la vivienda, vieron cómo el joven se descolgó hasta el segundo piso del bloque, "donde rompió los cristales del balcón, y comenzó a lanzárselos a los policías". En esos instantes y agarrado al enrejado del balcón y con el consiguiente peligro que suponía para su seguridad, ya que amenazaba con saltar, "el servicio de bomberos colocó bajo el balcón una colchoneta hinchable de grandes dimensiones por si este caía o se lanzaba al vacío".

Según la Policía Local, el individuo, en vez de deponer su actitud, siguió amenazando a los agentes con los cristales rotos de las ventanas y "lejos de desistir, se tornó aún más agresivo y comenzando a autolesionarse, provocándose cortes por todo el cuerpo".

Usaron una taser y tranquilizantes

En el intento de evitar la autolesión, varios agentes introdujeron sus brazos por las rejas para sujetarle sus manos, resultando heridos con cortes, por los que posteriormente necesitaron asistencia médica.

Ante la imposibilidad y por todos los medios empleados para que esta persona depusiera su actitud agresiva hacia él, así como hacia los agentes, y puesto que ya no había peligro de que se lesionara si saltaba, debido a que el servicio de bomberos había extendido en la calle una gran colchoneta hinchable, "para evitar que esta persona siguiera autolesionándose y se lanzase al vacío fuera de la colchoneta, el coordinador de servicio solicitó la intervención del agente operador del DEC (dispositivo eléctrico de control) "Taser", que al usarlo incapacitó a esta persona, "cayendo este sobre la colchoneta y sin producirse ninguna lesión por la caída, quien fue inmediatamente inmovilizado y detenido".

El portavoz ha destacado que, al ser introducido en el vehículo policial para proceder a su traslado, "comenzó a golpearlo con patadas hasta lograr fracturar el cristal de la ventanilla trasera, además de desencajar el marco de la puerta y así como otros daños ocasionados en el vehículo". Por tales hechos y a través del personal de la ambulancia que se encontraba en el lugar se procedió a inyectarle un tranquilizante. Momentos después fue trasladado hasta el Hospital Comarcal para ser asistido de las lesiones que se había provocado, quedando en observación para su posterior valoración psiquiátrica.

Las dos personas, pertenecientes al mismo núcleo familiar, madre e hijo de 58 y 20 años de edad respectivamente y origen marroquí, han sido detenidas como presuntas autoras de los delitos de atentado a los agentes de la autoridad, lesiones, daños intencionados, amenazas y alteración del orden.

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