sábado. 20.04.2024

Pega a su perro y le frota los ojos con lejía

El maltratador negó haber hecho ningún daño al animal

Cuando una situación no es justa, la indignación de las personas de bien crece como la espuma. Si el hecho además se reviste de ribetes canallescos, entonces ya la ira se hace presente. El dueño de Smiler, un perro boxer maltratado, ha sido condenado a cuatro meses de cárcel y a la prohibición de volver a tener animales por el resto de su vida tras pegar a su mascota, bañarle en lejía y frotarle los ojos con ella.

Pegar, bañar en lejía y frotar los ojos con la misma. Se lee pronto. Gary David Bell, natural de Keighley, maltrató repetidamente a su perro, una vez tras otra, de manera sucesiva, le obligó a bañarse con lejía y le frotó los ojos con ella, dejándole inconsciente en el baño de su casa.

Se temía lo peor. Tras su detención, el hombre de 50 años de edad negó haber causado ningún daño a su animal. Negaba la mayor. Se negaba en redondo. De hecho, aseguró que las heridas se las hizo con un hilo metálico mientras paseaban por el bosque. Así de explícito y así de descarado.

El perro, afortunadamente, se está recuperando en un centro veterinario, después de ser encontrado por una vecina. Ya ha aumentado de peso y aseguran que es “una perra muy dulce que ama a la gente”.

El maltratador tenía que haber acudido al juicio el 7 de enero pero no compareció. Finalmente tuvo que ser detenido por orden judicial y ya ha sido juzgado y condenado por el Tribunal de Magistrados de Bradford.

Pega a su perro y le frota los ojos con lejía