martes. 16.04.2024

Monchi hazte Adventista

El isleño, muy cerca de regresar a la entidad sevillista que lo hizo mundialmente conocido

El adventismo es una rama del cristianismo protestante que remonta su origen al Movimiento Millerita ocurrido en Estados Unidos a mediados del XIX y que se caracteriza por su énfasis en la creencia de que el regreso personal, visible y glorioso de Cristo —es decir, la Segunda Venida— es inminente.

Esta acepción viene como anillo al dedo para el personaje que nos ocupa, Ramón Rodríguez Verdejo, conocido ya mundialmente en el mundo del fútbol como Monchi. En primer lugar, porque a un gracioso se le ocurrió decirle una vez en el Sánchez Pizjuan que se hiciera Adventista -el portero del Mallorca Roa lo era- y así no jugaba los domingos. Eran los tiempos de las cantadas y no en el Falla, de las remontadas surrealistas como la de la Real Sociedad o de las bromas de Alfonso Arús. Hasta un amigo mío le metió un gol en una despedida de soltero.

Y en segundo lugar porque su regreso visible y glorioso ya se palpa en el sevillismo, una percepción a la que han contribuido el propio presidente Pepe Castro o nuestro protagonista dejando claro en Twitter que "el corazón nunca olvida el lugar donde dejó sus mejores latidos". De villano a héroe, y de héroe a deseado.

Parece que el corazón vuelve a hacer de las suyas en Monchi y lo hace en otro momento clave. Uno de los más recordados fue entre la grada del Veltins Arena en la semifinal de la entonces UEFA de 2006 contra el Schalke. Decían que lo tenía hecho con el Almería pero se lo pensó mejor. Los que estaban -estábamos- aportamos nuestro granito de arena. Pero hasta los chatos olían que se quedaba. Luego nos cambió la vida a todos, él con un derechazo de sentimiento y luego un zurdazo de otro chico también eterno, que abrieron la puerta a una época dorada.

Eran otros tiempos, aquellos en los que Palop con un grito alejaba a alemanes del área, donde el viento era favorable. Muy distintos a los de ahora en los que el infortunio provoca que un defensa se marqué un gol en propia puerta en esos últimos minutos que tanta gloria le han dado siempre al Sevilla.

Muy cíclico sin duda esto del fútbol. El jueves se pudo vivir lo que supone un golpe de suerte. Los de Machín, caían en el descuento, mientras dos horas antes era ese Valencia, el del famoso 'Mbiazo', el que conseguía un pase agónico con un gol postrero. Cosas del viento de la tierra que tan bien conoce Monchi.

Ahora se lo piensa de nuevo y se deja querer pero tengo la impresión de que lo tiene claro. Roma será eterna, pero el Sevilla en su corazón lo es más. Sin aún se lo piensa recordarle que el viernes regresa al Pizjuán el Schalke y eso siempre es una señal. Tiene este fin de semana de Carnaval Chiquito para pensar en su Sevilla, que se ha vuelto un poco más chiquito, pero que todo se puede enderezar.

Lo de escuchar Carnaval en el coche camino de la ciudad deportiva de la Roma se puede sobrellevar, pero poder escaparse a Cádiz con más asiduidad también se sopesa en una balanza. No olvidemos que Ramón ya ha dejado claro en más de una ocasión que una cosa es su profesión y la otra su pasión.

Hablando de cantes y de estadísticas que siempre están para romperlas. En la canción 'Peces de ciudad' se deja claro que "al lugar donde ha sido feliz no debieras tratar de volver". Buen reto ese de dejar malamente a la carnavalera Pasión Vega. Además casi partiendo de cero, con grandes similitudes a ese Sevilla -al que tanto le debe también- y que un día le ascendió de delegado a director deportivo, curiosamente con Caparrós de entrenador. Para muchos críticos no estaría mal volver un poco a los orígenes. Ahí lo dejo.

El Sevilla es y será siempre su casa, la de las penas, la de las alegrías, donde ha derramado lágrimas de todos los colores. Desde aquellas abrazando a su hijo Alejandro tras subir en la promoción contra el Villarreal a las más recientes de Basilea, o el día de su hasta luego, un Sábado de Pasión en la previa del Deportivo. Que curioso, Sábado de Pasión, jornada con muchas connotaciones. Y este año más.

Y parece más preparao que nunca como cuando lo llamaron Los Morancos para la chirigota. Ese Sevilla, que cuenta con una de las estructuras más sólidas del universo futbolístico, se ha repuesto a muchos golpes pero parece que su marcha ha dejo un vacío considerable. Y eso lo entienden sus dirigentes. El arsenal, sin acento en la A, de cariño ya se ha disparado entre la hinchada.

Entre los que mandan y una afición que necesita al calvo como el Madrid necesitaba a Zidane. Dijo Del Nido en las vísperas de una semifinal copera ante el Athletic que del león había que comerse desde la melena hasta el rabo. En este caso, la melena es complicado, pero para lo otro creo que hay cola entre los que sienten en rojo y blanco.

Monchi hazte Adventista