jueves. 25.04.2024

Ana Mestre: “Que la escuela taurina de Jerez vuelva a ser lo que fue”

La tercera sesión de las IV Veladas Taurinas Hotel Jerez trató de la arquitectura de la plaza jerezana y de la Corrida del Arte del Rejoneo

El ciclo de las Veladas Taurinas Hotel Jerez correspondiente a 2019 puede ser considerado un rotundo éxito de la Fundación Cultura Taurina, que se ha encargado de su organización. La tercera sesión ha contado como protagonistas a José Carlos Galán, a Álvaro Domecq y a Ana Mestre.

José Carlos Galán

Tras la presentación a cargo de Jerónimo Roldán, José Carlos Galán, arquitecto y profesor de Arquitectura, expuso, apoyado con la proyección de fotos, documentos y vídeo, la historia arquitectónica del edificio de la plaza de toros de Jerez, desde el año 1940. Se trata de la plaza más antigua de la provincia de Cádiz y una de las más antiguas de Andalucía, probablemente superada sólo por la de Sevilla. Por su diseño sólo es comparable a la desaparecida de La Perseverancia, en Algeciras (de 1850) y a la plaza de San Roque (de 1860). Sufrió dos incendios pavorosos, cuando su estructura era fundamentalmente de madera.

Tras el segundo se le encarga la obra al arquitecto Francisco Hernández Rubio, quien presenta un proyecto de edificio neomudéjar para construir en los terrenos ahora ocupados por el instituto de enseñanza Padre Coloma, lo que se desecha por razones económicas. A cambio, se opta por reedificar la anterior plaza, levantada por José Esteve, aprovechando los muros exteriores, con dieciséis ochavas, que habían superado el fuego, y se respeta en parte el estilo inicial, calificado entonces como tardobarroco, pero luego se completa con estructuras internas metálicas de diseño modernista, destacando los pilares de sección cruciforme y adornos de palmetas. La fundición que se encargó de los trabajos en hierro fue la jerezana de Gutiérrez y Compañía, que también intervino en la Plaza Real de El Puerto.

El ruedo de Jerez tiene un diámetro de cincuenta y tres metros, frente a los sesenta de El Puerto, y el aforo se fija en nueve mil espectadores, por los doce mil de  la ciudad hermana. Lamentó Galán que la crestería metálica que recorría el tejado de la plaza se ha perdido y es una pena porque le daba especialmente ese tono modernista que le era tan propio; en tanto, el estilo de la portuense debe calificarse como protomodernista. Abordó el ponente las patologías actuales del edificio y terminó su interesantísima disertación exponiendo en vídeo una presentación en 3D con el proyecto que Hernández Rubio elaboró para la plaza neomudéjar y que quedó frustrado.

A continuación subió al estrado el rejoneador, ganadero y jinete Álvaro Domecq Romero para hablar de la Corrida del Arte del Rejoneo. Se reconoció emocionado y agradecido por haber sido invitado a hablar sobre la plaza de Jerez, donde él se ha hecho desde pequeño, y, sobre todo, tras escuchar al anterior ponente tan documentada información. La Corrida del Arte del Rejoneo fue el escopetazo de salida a los carteles de rejoneadores, que se extendieron enseguida por España y por toda la geografía taurina. Tuvo ocasión de actuar en muchos lugares de diversos países, lo que le ha permitido vivir situaciones diversas y aleccionadoras, amén de conocer muchas personalidades y también personas sencillas. Recordó que su carrera empezó con la propuesta del empresario Belmonte, que le dijo “tú mañana tienes que torear” cuando Ordóñez no pudo venir a Jerez, donde estaba anunciado.

La vida lo ha tratado bien y le han pasado muchas cosas buenas. Está muy agradecido a El Potra, a Pepe Ojeda y a muchos hombres de su padre, que le empujaban para que continuara en el mundo del caballo. Tenía buena relación con la familia Balañá, lo que le permitía actuar en muchas plazas, pero lamenta que hoy tenga a la plaza de Jerez muy abandonada. Eso hace que la afición se vaya perdiendo en esta ciudad. Tuvo la suerte de torear varios años más de cien corridas. Pudo conocer a personajes como Úrsula Andress, mujer fantástica, que vino de Estados Unidos a la finca y con quien compartió un paseo en barco. Opina que el toreo ha cambiado mucho; las empresas no piensan en los nuevos valores. Hoy los novilleros torean pocos festejos y eso no les permite capacitarlos para ser toreros; luego, los que toman la alternativa no lo tienen fácil porque los cuatro o cinco de arriba les cierran el paso.

El rejoneo hoy día es también distinto al de su época. El toro era variado, y los caballos lo notaban, pero ahora se busca un toro especializado en el rejoneo, lo que lleva a una falta de incentivo, pues tras unas vueltecitas se pone quieto en el centro sin necesidad de poderle, lo que va contra la emoción y provoca el desafecto del público. Domecq toreó en 1971 un festival a beneficio de la Hermandad del Rocío y rejoneó siete toros, de Galache y de Torrestrella.

Quiso decir que estos días está contento, porque ha perdido peso y porque ha podido recuperar lo que perdió hace años. No está jubilado y ha logrado retornar a la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre, lo que contaba con emoción. La gente que le rodea, su mujer, su hermana, sus nietos, la gente de la escuela, hace que se encuentre ahora mismo en una buena época de su vida y piense que no se puede pedir más.

Cerró el acto Ana Mestre, delegada de Gobierno de la Junta de Andalucía, que se definió aficionada y aprovechó para felicitar a la Fundación Cultura Taurina y a Rafael Valenzuela. Para el nuevo gobierno regional es importante seguir promoviendo el mundo del toro, como, por ejemplo, indica el impulso que se quiere dar a los festejos populares. Ella intenta conocer más el mundo del toro para saber cómo ayudar a que la tauromaquia goce de buena salud, para lo que cuenta con los delegados gubernativos. La Fiesta merece la pena y todos tenemos mucho que aportar. Agradece que se hayan organizado estas Veladas para conmemorar los 125 años de la plaza y desea que la escuela taurina de Jerez vuelva a ser lo que fue.

Tras la entrega de unos recuerdos a los intervinientes se pasó a brindar con un jerez de honor, en parte servido por una venenciadora y en parte embotellado por Bodegas Álvaro Domecq, a la par que el público asistente se recreaba en una inacabable sesión de photocall.

Ana Mestre: “Que la escuela taurina de Jerez vuelva a ser lo que fue”