Agreden a un árbitro en un partido de niños de 9 años en El Puerto

El joven ha denunciado a través de las redes sociales el lamentable suceso

Hace justo una semana en Jerez de la Frontera cuando un padre insultó y amenazó a un árbitro en un partido de benjamines. Tan solo siete días después, ahora en El Puerto de Santa María, otro nuevo caso de violencia aparece en el fútbol base gaditano.

El suceso tuvo lugar el pasado 12 de octubre, cuando Abel Bayard un joven portuense, se encontraba arbitrando un partido de benjamines –niños de 9 años-. Todo corría con normalidad en el encuentro, pero algo en la grada no iba bien.

“Éste padre se llevó desde el minuto uno increpándome desde la grada, con insultos y amenazas, lógicamente yo pasé de sus malas palabras”, cuenta el árbitro en un manifiesto en sus redes sociales denunciando la bochornosa situación.

Justo al concluir el partido sería cuando todo se truncase. El colegiado acababa de dar el pitido final del encuentro cuando el hijo del padre que lo estaba increpando en la grada “muy  educadamente" me dijo: "eres un vendido y un gilipollas", yo, al ver esta falta de respeto hacia mí expulsé a dicho jugador, que comenzó a llorar”, cuenta.

Dicho padre al ver el llanto de su hijo no lo duda y “salta la valla hacia el terreno de juego y se dirige hacia mí señalándome con su dedo índice y puesto en mi cara diciéndome: "todo esto es culpa tuya”, continúa contando el afectado.

El ambiente, por lo tanto, cada vez estaba más caldeado y ante el dedo acusador del padre que apuntaba al árbitro, apareció el padre del joven que se interpuso entre él y su agresor con la intención de que no agrediese a su hijo. Fue entonces como cuenta el afectado que “el padre del jugador se abalanzó sobre mí y me puso la mano en el cuello dejándome estas marcas”.

Ante esta desagradable y lamentable situación, el colegiado ha puesto la pertinente “denuncia” al agresor. “Espero que se comparta y que sirva de ejemplo a muchos de los padres de lo que no se debe hacer y que se lo piensen dos veces. Agredir a una persona es de vergüenza, pero ya hacerlo delante de niños pequeños, que cogerán el ejemplo de su padre, llega a un límite extremo”, continúa el joven en Facebook.

Como bien dice el joven en el manifiesto, en algunas ocasiones a estas personas se les olvida que “la gente no sabe que un árbitro es una persona más, con sus virtudes y sus defectos” algo que debería ser más que suficiente como para dejar a un joven que tanto como su hijo está disfrutando de la práctica de su pasión y que en ningún momento hace las cosas ni para perjudicar a uno ni para beneficiar a otros.

“El próximo fin de semana saldré con más ganas, para hacer lo que me gusta de verdad. Este acto no pondrá ningún obstáculo a mis sueños y metas”, termina el comunicado, haciendo ver que nunca perderá el ánimo a practicar lo que más le gusta.