El período de prueba: significado y plazos

Desgajamos el artículo 14 del Estatuto de los Trabajadores

Cuando se inicia una relación laboral entre un empresario y un nuevo trabajador, existe la posibilidad de que las partes acuerden un período de prueba.

El período de prueba, como su propio nombre indica, permite al empresario y al trabajador comprobar cómo sería su relación laboral: el trabajador puede ver cuáles van a ser las condiciones en las que desempeñará su actividad laboral, mientras que el empresario podrá poner a examen las cualidades del trabajador, conociendo así si está o no capacitado para el puesto.

El artículo 14 del Estatuto de los Trabajadores (Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre), establece que podrá concertarse por escrito con los límites de duración que aparezcan en los distintos convenios colectivos.

A falta de estos, el máximo será de 6 meses para los técnicos titulados (habrán de examinarse aspectos como la responsabilidad que adquirirá el trabajador o la categoría para saber si estaremos ante técnicos titulados), y de 2 meses para el resto de trabajadores. A su vez, en empresas de menos de 25 trabajadores, el período de prueba para los técnicos será de máximo tres meses.

En cuanto a contratos temporales no superiores a 6 meses, el período de prueba será de máximo un mes. Y si el trabajador ya había desempeñado las mismas funciones en la empresa, cualquier período de prueba será nulo.

El período de prueba requiere que el trabajador tenga los mismos derechos y obligaciones que cualquier otro trabajador del mismo puesto. Los únicos que no tendrá serán los que aparecen al resolver la relación laboral, que podrán instar tanto el empresario como el trabajador durante este período.

Tras el período de prueba, si ni empresario ni trabajador se han desistido, el contrato tendrá plenos efectos. A efectos de antigüedad se tendrán en cuenta los meses que haya estado en período de prueba.