jueves. 28.03.2024

130 inyecciones de cariño para 'jubilar' al Juan Manzorro de la enfermería

Personal del Puerta del Mar rinde una emotiva despedida a Juan de Dios Baro, tras más de cuatro décadas en la profesión

Está visto que llamarse Juan en Cádiz debe sinónimo de ser buena gente o por lo menos de que nadie hable mal de ti. Pocas personas puede presumir de haber dejado un legado de amistades y de no fomentar eso que hoy llaman 'mal rollo'.

Personal del Puerta del Mar en la emotiva despedida a Juan de Dios Baro Rendón.

Así ocurre sin ir más lejos con el comunicador gaditano, Juan Manzorro, un personaje cuya magnitud trasciende lo puramente informativo por su su sencillez, su humanidad y su trato exquisito.

Algo parecido se puede decir de un tocayo suyo, Juan de Dios Baro Rendón, que en sus más de cuatro décadas al servicio de la sanidad sólo ha sabido cultivar las buenas maneras traduciéndolo en innumerables amistades.

Y es que reunir a 130 personas con motivo de su jubilación debe ser todo un orgullo, un hermoso sentimiento de gratitud del que pudo hacer partícipe a su esposa Lola y sus hijos Juan de Dios y Lola, herederos con los que comparten igualmente hasta los nombres.

Juan de Dios, junto a su esposa Lola y a sus hijos Juan de Dios y Lola.

Inyecciones de cariño en cantidades industriales para jubilar una vida profesional plena y con muchos avatares. No en vano se puede decir que Juan de Dios estaba en el hospital casi antes de que se inaugurara.

Allí ha hecho prácticamente de todo desde que se inició compatibilizando su labor de celador con el que, posteriormente, sería su desempeño profesional. De ahí que en su adiós al tajo estuviesen representadas multitud de áreas de lo que en su día fue Zamacola.

Como relataba el propio Juande mucho ha cambiado todo desde entonces. Afortunadamente, la humanidad y los buenos modales ha sabido mantenerlos intactos y ser maestro y referente de las nuevas generaciones.

Por eso 'alquilaron' un restaurante de Cádiz en propiedad que tuvo que colgar el cartel de no hay billetes sin poder admitir más clientela en ese día inolvidable. Tiene mérito la cosa.

Risas, recuerdos, nostalgia, buen rollo vamos. Y para que nada faltase hasta Carnaval de la mano de Koki Sánchez, pues no hay que olvidar que Juande es un gran enamorado del Carnaval en su expresión más callejera. Ya luego hubo diversión, karaoke y más risas...

Un ejemplo para los que vienen por detrás de que, más allá de los avances tecnológicos, el trato cercano y cariñoso de los profesionales sanitarios nunca muere por muy 'malita' que esté la cosa en estos tiempos que corren.

130 inyecciones de cariño para 'jubilar' al Juan Manzorro de la enfermería