jueves. 18.04.2024

Núñez de Molina, a hombros en la novillada de El Puerto

Crónica del cuarto festejo de la Temporada de Verano 2018 de El Puerto de Santa María

Plaza de El Puerto de Santa María (Cádiz), sábado, 11 de agosto de 2018. Novillada sin picadores como tercer festejo de la Temporada de Verano 2018. Cielo despejado con bochorno. Menos de media entrada. Ameniza la banda de música “Maestro Dueñas”, dirigida por Javier Alonso. Preside Jesús Neva.

Se lidiaron ocho erales de Santiago Domecq (que pasta en Jerez de la Frontera), con pesos entre 320 y 370 kilos, desiguales de presentación y manejables en general. En el arrastre, el primero fue aplaudido.

Alejandro González, entera de efecto rápido con aviso; una oreja.

Juan de María, pinchazo y honda con aviso; vuelta tras petición.

Corruco de Algeciras, pinchazo y media con aviso; vuelta tras petición.

Núñez de Molina, estocada honda arriba; dos orejas.

Rafael Camino, estocada costalera y entera arriba; vuelta al ruedo.

Manuel Vera, media contraria y entera arriba con aviso; una oreja.

Mario Sánchez, entera tendida con aviso; una oreja.

Joselito de los Reyes, dos pinchazos y entera traserilla; silencio.

Incidencias: Casi todos los novilleros brindaron al público. El jerezano Núñez de Molina salió a hombros por la puerta grande.

Algunos han considerado que éste era un festejo menor. No, señor, todo festejo taurino es algo grande y aplaudimos la decisión empresarial de montar una novillada sin caballos, aunque creemos que no debió faltar una con caballos. Alguna asociación taurina cree que aún hay tiempo para ello. Se reunió una cantidad de público digna y no faltaron autobuses de seguidores venidos de fuera.

Alejandro González, portuense, ante un novillo castaño, bravo y humillador, saludó con verónicas al paso y media. Juan de María hizo un quite con intentos de gallosinas. Se dejó alcanzar la tela con frecuencia y debió dar mayor continuidad en los pases, aunque estuvo bien en el toreo vertical; en los compases finales citó de frente, puesto de hinojos, y fue arrollado pero, con voluntad, siguió toreando en tablas.

Juan de María, portuense también, recibió a portagayola a su novillo, bizco del derecho, y lo lanceó en los medios terminando con media y revolera. El quite, de Corruco de Algeciras, fue por chicuelinas y tafalleras con serpentina. La muleta fue manejada con soltura y el animal iba bien por ambos pitones; la faena se alargó y sufrió un desarme; cerró con desplante sin muleta. La petición no atendida desembocó en bronca al presidente.

Corruco de Algeciras, dio a su castaño dos largas cambiadas de rodillas, seguidas de lances al paso y media. Núñez de Molina quitó por chicuelinas. Banderilleó el espada y demostró que sabe moverse. La faena se desarrolló en los medios con variedad y detalles de novillero.

Núñez de Molina, saludó a un eral melocotón con lances al paso y dos remates en los medios. El quite de Rafael Camino se construyó con chicuelinas. La faena tuvo un gran inicio con suavidad y siguió en los medios gustosa y con detalles sevillanos (trincherillas, molinetes, kikirikí…), finalizando con ayudados por alto barrocos.

Rafael Camino, jerezano, a su novillo, que salió con patas y rematando, lo veroniqueó avanzando hacia los medios para dejar que luego Manuel Vera le hiciera un quite por caleserinas. La faena se inició en el tercio y pronto sufrió un desarme, ante un animal pegajoso; se fue enseguida a los circulares y al pasar a la izquierda resultó arrollado; terminó con manoletinas y sufrió otro achuchón.

Manuel Vera, de Alcalá de los Gazules, fue a recibir a su novillo a portagayola pero resultó fallida porque salió por los cerros de Úbeda, corretón y abanto, quedando el saludo en un aliño; Mario Sánchez quitó por verónicas. El novillo manseó en banderillas y el público pidió insistentemente el cambio pero, al empezar la faena, lo citó en los medios y comenzó a embestir, sacándole Vera todo lo que no tenía, aguantando parones, eso sí, y toreando en cercanías pero haciendo faena; al final se rajó; acabó con bernadinas muy ajustadas, tanto que resultó volteado. El premio de una oreja debió parecerle poco y tuvo el feo gesto de tirarla ostentosamente antes de dar la vuelta (¿en las escuelas no enseñan modales toreros?).

Mario Sánchez, ubriqueño, a su burraco le dio una larga cambiada de rodillas y lo lanceó un tanto desordenado, finalizando con media. Joselito de los Reyes salió al quite. La faena se desarrolló con gusto y temple; aunque hubo algún desarme, se vio buen concepto y terminó con circulares.

Joselito de los Reyes, portuense, lanceó de saludo a su novillo, bizco del izquierdo, y fue desarmado por dos veces. Alejandro González hizo el quite por verónicas y media. En los primeros compases de la faena fue arrollado sin consecuencias y luego continuó de manera un tanto precipitada y es vuelto a arrollar.

Vamos a dejar unas notas para finalizar. Una es de detalle; dos novilleros, Corruco y Joselito, se permitieron el lujo de sacar a la arena a personas vestidas de paisano para ofrecerles el brindis, y con largos parlamentos, contraviniendo el reglamento, lo que hace ver que no les han advertido de cuidar los detalles (si están sin caballos, ¿qué harían de llegar a figuras?). Otra es de planteamiento; aparte de que toreó uno más de los anunciados en un principio, está claro que algunos han sobrado y otros han faltado, pues en la zona, en la provincia, hay nombres que merecían con mayor fundamento esta oportunidad. Ah, si cada chaval toreó un animal, debería bastar una oreja para salir a hombros, porque se exigen dos orejas si se torean dos animales (¿o las cuentas  no son así?). Todo esto no impide dejar constancia de que, pese a la duración del espectáculo, la gente se lo pasó en grande y disfrutó, cada uno, con sus novilleros favoritos.

Núñez de Molina, a hombros en la novillada de El Puerto