viernes. 19.04.2024

Fallece el conductor de bus agredido por no permitir viajeros sin mascarillas

El hombre recibió brutales golpes y patadas en la cabeza que le dejaron ya inconsciente y de los cuales no ha podido recuperarse

Se trata de una auténtica fatalidad. De una desgracia como consecuencia directa del fiel cumplimiento profesional de su trabajo. A veces ser profesional se paga con la vida. De manera muy injusta además. De un modo violento y cruel. Contra todo pronóstico.

Y es que el conductor que el pasado domingo día 5 del corriente mes de julio fuera brutalmente agredido en Bayona por negar el acceso a dos pasajeros que pretendían viajar sin mascarilla, ha muerto este viernes día 10. Así lo ha anunciado su propia hija.

Philippe Monguillot era un buen hombre, un trabajador abnegado, tenía 58 años. Padre de tres hijos. La noche del pasado domingo -noche aciaga donde las haya-, dos jóvenes le agredieron en la parada de Balinchon, en Bayona (Francia). Le agredieron salvajemente.

El motivo no fue otra que, presuntamente, negarles entrar en el autobús al no llevar mascarilla, obligatoria como medida de prevención de contagio del coronavirus. Una medida que demasiados ciudadanos están descuidando en la absurda creencia de la superación definitiva a la pandemia del coronavirus.

Hay casos en los que el incumplimiento de la norma es impuesto por quienes infringen la misma de modo no sólo deliberado sino además violento. En la pretensión ilegítima de imponer su ley en tierra de todos. Una actitud delictiva que merece la contrapartida de su denuncia y correspondiente multa.

El caso es que el chófer recibió varios golpes y patadas en la cabeza. Fueron de tal intensidad que lo dejaron muy malherido. Cuando lo trasladaron al hospital ya estaba inconsciente. Se temía lo peor.

No volvió a recuperar la conciencia. Tan es así que el lunes los médicos diagnosticaban muerte cerebral y finalmente ha muerto este viernes. Para tristeza de familiares y allegados e indignación de cuantos ciudadanos se han hecho eco de tan triste noticia.

Su mujer, Véronique, lo anunciaba en las redes sociales: "Hemos decidido dejarlo marchar". Su hija Marie ha explicado que los médicos y la familia estaban de acuerdo. El dolor se ha hecho patente. La injusticia por el leal cumplimiento de su profesión es manifiesta.

Así las cosas, los dos jóvenes sospechosos de agredir a Philippe Monguillot, de 22 y 23 años, fueron detenidos por la policía poco después del incidente, junto con dos personas más que fallidamente procuraron esconder a los agresores y no prestaron asistencia al conductor del autobús.

Fallece el conductor de bus agredido por no permitir viajeros sin mascarillas