martes. 16.04.2024

Ocho años de cárcel por estafar a ancianos a los que cuidaban en Chiclana

Han sido condenados a pagar una indemnización de 151.642 euros al Estado

La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Cádiz ha condenado a ocho años de prisión por un delito de apropiación indebida y estafa cualificada a la pareja detenida en Chiclana de la Frontera (Cádiz), acusada de estafar y maltratar a ancianos a los que cuidaban.

Además, según la sentencia recogida por Europa Press, han sido condenados a pagar una indemnización de 151,642 euros al Estado y otra de 852.642 euros a una de las víctimas.

Según explicó la Guardia Civil cuando se produjo la detención, los hechos ocurrieron cuando en el equipo de delitos contra las personas, de la Guardia Civil de Cádiz se recibió una solicitud de colaboración internacional, procedente de la policía alemana de Frankfurt am Main, en la que se interesaba la localización de una ciudadana de ese país de 101 años de edad, de la que hacía tiempo no se tenían noticias y que se sabía que se habría trasladado a la provincia de Cádiz desde Tenerife.

Las investigaciones de los guardias civiles permitieron localizar a la mujer en una residencia de mayores de Chiclana de la Frontera, donde llegó tras pasar por varios hospitales debido a una situación grave de salud, que según los informes médicos estaba a punto de acabar con su vida.

En este sentido, apuntaron que el contenido de los informes médicos hacía levantar las sospechas de los investigadores por una posible negligencia en los cuidados y el abandono por parte de sus cuidadores, lo que unido a un estudio de la situación económica de la anciana, hizo saltar todas las alarmas.

La investigación desarrollada permitió conocer que los cuidadores habían contactado con la mujer en Tenerife y, haciendo gala de un destacado poder de seducción, captaron a su víctima, la cual contaba con propiedades inmobiliarias y una suculenta pensión de jubilación. Así, estando sola en España y sin familiares o amigos cerca, se ofrecieron como cuidadores, hasta llegar a anular la voluntad de la mujer y trasladarla a la península para controlarla mejor. Esta actuación la habrían repetido con otras personas de similares características.

Tras realizar de manera muy discreta una comprobación del estado de salud de la mujer, la Guardia Civil verificó que había mejorado de manera ostensible tras su ingreso en el centro de mayores, manteniendo varias entrevistas con ella en las que relató como la mantuvieron encerrada varios meses en un chalet alquilado, y que durante ese tiempo la tenían maniatada.

Los agentes se extrañaron de que siendo así hubiera participado en dos protocolos notariales, en el que primero otorgaba un poder notarial absoluto a favor de sus cuidadores y luego los nombraba sus herederos.

Estos hechos fueron negados por la mujer, llegando al extremo que se produjeron mientras estaba ingresada en estado grave en el hospital.

La Guardia Civil apuntó que en el mes de octubre mantenía un saldo de más de 162.000 euros y tras la aparición en su vida de esta pareja, a mediados de diciembre, apenas llegaba a 300 euros, además de producirse la venta de su casa en Tenerife y no recibir ni un euro de la venta.

Con todas estas evidencias en la mano, los guardias civiles comunicaron a la autoridad judicial que tutelaba el caso que iban a proceder a la detención de la pareja, a la vez que solicitaron un mandamiento de entrada y registro para el chalet donde los cuidadores habían realizado sus supuestas labores.

No obstante, a pesar de los requerimientos para que la mujer permaneciese en el centro de mayores, la pareja se personó el día anterior a su detención en el centro y consiguió vencer la reticencia de la mujer para marcharse en su compañía. Cinco horas después de la salida del centro de mayores la anciana fallecía, resultando extraño, ya que la mañana de su muerte aparecía en un video en perfecto estado de salud tocando la pandereta en un desayuno navideño del centro.

La salida del centro se produjo a las 11,00 horas en buen estado de salud y su fallecimiento se comunicó a las 16 horas mientras iba en un turismo con sus cuidadores, sin más testigos del óbito. Además, los investigados insistieron en la incineración urgente de la fallecida, por lo que no hubo opción a practicar autopsia. El responsable de la funeraria destacó las prisas de la cuidadora para iniciar la incineración, y el hecho de no querer la urna con las cenizas, a pesar de manifestar desmesuradamente el cariño que tenía a la anciana.

Durante la detención y registro del chalet, los guardias civiles encontraron sendos billetes de avión con destino Cuba con estancia en el Hotel Meliá Varadero, por lo que difícilmente podrían hacerse cargo del cuidado de la mujer. Además, comprobaron que los detenidos tenían alquilado otro chalet próximo en el que los agentes hallaron a una anciana holandesa y un anciano alemán en pésimas condiciones higiénico sanitarias.

Ambos se encontraban en habitaciones con cerrojos instalados en la parte exterior de la puerta, se alimentaban mediante sonda nasogástrica y carecían de movilidad. La Autoridad Judicial dispuso su inmediato internamiento en un Centro de Mayores de Jerez en el que su estado de salud mejoró notablemente.

Por otro lado, mediante reconocimientos en sede judicial por parte del notario, se determinó que la ciudadana holandesa --ahora condenada-- fue quien se hizo pasar por la mujer firmando los actos notariales por los que otorgaba poderes y cedía su herencia a los investigados.

Tras el ingreso en prisión de la pareja de cuidadores, los guardias civiles continuaron con la investigación, hasta encontrar un patrimonio de más de 1.800.000 euros, obtenido por similares procedimientos, identificando a otras cuatro personas a las que esta pareja habría cuidado.

Los beneficios obtenidos por tales prácticas se canalizaban y blanqueaban a través de diversos canales bancarios e inmobiliarios, destacando la construcción de un complejo turístico en la playa de El Palmar, en suelo no urbano, mediante la aportación de documentación falsificada por los propios investigados y financiado mediante la creación de una empresa creada exprofeso con personas interpuestas para la ocultación del verdadero origen ilícito del dinero invertido.

Ocho años de cárcel por estafar a ancianos a los que cuidaban en Chiclana