jueves. 28.03.2024

Ecce-Homo y Angustias, el milagro de lo imposible en Ancha

La archicofradía es una de las que mejor simboliza el barroquismo y sabor añejo en la Semana Santa de Cádiz

El Martes Santo gaditano encuentra uno de los mayores atractivos en la iglesia de la Conversión de San Pablo. Allí, en pleno atardecer, podemos contemplar el bello espectáculo de la riqueza de colores que se suceden en el desfile procesional de la archicofradía del Ecce-Homo.

Las puertas de la céntrica iglesia se abren con una puntualidad británica para anunciar la inminente salida del Señor del manto rojo. A partir de este momento, una aureola de fervor y júbilo comienza a envolver las distintas calles por las que desfila su cortejo procesional.

Y se produce entonces el milagro, por increíble que parezca. Los pasos, de grandes dimensiones, atraviesan a duras penas el cancel del templo. Pero lo hacen, conducidos por capataces que representan el compromiso que siempre conlleva formar parte de su nómima.

El aire se impregna de de devota alegría y de sentir penitente. Se trata de una sorprendente hermandad que, por su mágica estampa, es capaz de componer un grandioso espectáculo que asombra a los más pequeños.

Una mirada detenida nos permite observar la elegancia que transmite la espléndida talla del Señor. Detrás, la Virgen de las Angustias, bañada en llanto con un rostro maduro en el que se percibe el sufrimiento.

Y por su itinerario Cádiz se viste con los colores de los hábitos penitentes de esta hermandad, ese Cádiz que, al igual que ocurre en Ancha, espera ese ansiado milagro que espante tantos males.

Historia 

Se cree, aunque no existen datos concretos, que se fundó a mediados del siglo XVII, apareciendo los primeros datos fechados en 1668. Primitivamente, se estableció en el oratorio de la casa de Beatas de la Orden Tercera, fundado en la calle San Pedro por doña Isabel de San José; pasó luego al Hospital de Mujeres. Finalmente, se ubicó en la Iglesia de la Conversión de San Pablo, en 1687.

En 1843 recibió el impulso y apoyo del Colegio de Médicos y Cirugía, siendo hermano mayor José Benjumeda. Ya en 1849 es distinguida con el título de Real por parte de la Reina Isabel II.

Imágenes

El paso de misterio de la Archicofradía recoge el momento donde Cristo coronado de espinas es presentado al pueblo por Pilatos, custodiado por un romano. La imagen del Señor es obra de José Montes de Oca, realizada hacia 1730; restaurada en 1986 por José Miguel Sánchez Peña. Las tallas de Pilatos y el soldado romano son anónimas del siglo XVIII, reformadas en 1994 por Luis González Rey, dotándolas de mayor naturalidad.

La imagen de la Virgen se atribuye a Manuel Fernández Guerrero, realizada a finales del siglo XVIII; y la de San Juan, obra del siglo XVIII, que acompaña a María Santísima en su paso de palio (siendo el único en Cádiz), se atribuye al genovés Domenico Giscardi y fue restaurado por Sánchez Peña.

Ecce-Homo y Angustias, el milagro de lo imposible en Ancha