Pelea en pleno centro de Jerez a botellazos por un porro

Una mujer, un hombre y un joven de origen magrebí, mantienen una trifulca a gritos y con agresiones físicas

El suceso ha tenido lugar a las 18:50 horas de la tarde del sábado en la Plaza del Arenal, en pleno centro histórico de Jerez de la Frontera.

Una mujer golpea dos veces con una botella en la cabeza de un joven magrebí, rompiéndole en la segunda ocasión la botella en la cabeza, provocándole una herida sangrante. El primer "botellazo" no ha sido filmado por un vídeo-aficionado, testigo de los hechos, que ha cedido las imágenes a elMIRA.es, sin embargo, el segundo se aprecia con nitidez, así como la pelea, con gritos, amenazas, agarrones y puñetazos.

Supuestamente, la mujer habría arrebatado una cadena al joven, quien comenzó una discusión acalorada en el que ella le pedía "el porro" a gritos: "¿Dónde está el porro?"; el joven, de origen magrebí, a pesar de la discusión y de estar agarrado por la mujer, es incluso capaz de esnifar una sustancia en plena refriega. Según testigos del incidente, habría "esnifado pegamento".

La mujer le pide a otro hombre que golpee al joven, y éste le amenaza con un trozo de vidrio, resto de la botella anteriormente rota, sin embargo no se atreve a pesar de los amagos de hacerlo, recibiendo en su contra  un puñetazo del joven.

Las personas que han sido testigos de la trifulca llaman a la Policía Nacional, tal como se puede oír en el vídeo. Los agentes se personan en el lugar, pero ya era demasiado tarde, se habían marchado.

Vecinos de la zona lamentan los hechos y muestran su preocupación ante la inseguridad y el vandalismo que existe en las propias calles del centro de la ciudad: "nos sentimos desprotegidos, en cualquier momento es a nosotros quienes nos pegan un botellazo o nos pinchan con una navaja por robarnos unos euros. No es normal la situación en la que estamos con este tipo de personas rondando por nuestras calles libremente. Y luego roban, o incendian casas ocupadas, y al día siguiente otra vez en la calle y sin consecuencias porque no tienen patrimonio. Así se sienten los reyes, y vuelven a hacerlo. No hay consecuencias para sus actos".