"El Alcázar de Jerez"
'A partir de hoy ésta será mi casa...'
Indagando e investigando un poco en la historia de ciertos edificios de Jerez, encontramos una breve descripción del uso de nuestro alcázar, y su importante relación con la realeza y lo militar. Así, sabemos que a través de los siglos, la proclamación de un rey ha sido en Jerez un acto muy ligado al alcázar, y el proceso era cuanto menos curioso. Se sabe que antiguamente, el cabildo llevaba en procesión el estandarte real hasta el alcázar, donde el escribano mayor del cabildo llamaba a la puerta de hierro que existía en el acceso desde la ciudad. Entonces se preguntaba a un paje de jineta (el que acompañaba al capitán llevando la lancilla), que se asomaba a una ventana, por el alcaide. Cuando éste se presentaba, se le preguntaba: “¿por quién tenéis el alcázar?”, a lo que él correspondía: “tengo el alcázar en guardia y custodia a nombre del rey..., pero si la ciudad tiene real cédula de la nueva proclamación, la acataré”.
Dicho esto, lanzaba las llaves del alcázar por la ventana y recibía al ayuntamiento en el espacio interior de la puerta. Después batía y ondeaba el estandarte mientras decía: “Oíd, señores, Castilla, España por nuestro rey y señor”, nombrando al nuevo rey. Posteriormente, el ayuntamiento pasaba a la plaza de Armas y a la capilla de Santa María del Alcázar, donde el alcaide había de jurar pleito homenaje al nuevo soberano.
Una vez de nuevo en la plaza de Armas, paseaban el estandarte por el alcázar y ascendían hasta la torre del Homenaje -conocida como torre de Ponce de León- donde volvían a ondear el estandarte acompañándolo de salvas de honor.
Desde hace siglos, por Jerez de la Frontera circula una leyenda que asegura que el dios de la belleza y la alegría, harto de conocer lugares donde establecer su morada, buscó refugio en las tierras del sur andaluz y al acceder a la ciudadela declaró: "En adelante, ésta será mi casa". No estuvo nada desacertado en su elección aquel dios mitológico, quizás la proclamación de un rey ha sido un acto muy ligado al alcázar porque la belleza que encuentras en él es difícil de encontrar en otros sitios. Tal y como entras en la Puerta de la Ciudad, esa entrada de fortaleza islámica, te trasladas a esa época imaginando la de historias que sucedieron entre esas paredes amuralladas. Cada rincón de este recinto tan emblemático nos provoca una sensación, nos causa una emoción y nos desencadena un sentimiento.
Anne Geddes decía: “Las mejores imágenes son aquellas que retienen su fuerza e impacto a través de los años, a pesar del número de veces que son vistas”. Frase que podemos transladar fácilmente al Alcázar de Jerez, porque a pesar del número de veces que lo visites, y a pesar de la gente que lo haga, siempre lo retenemos con mucha fuerza e impacto en nuestra retina. Son lugares que nunca se olvidan.
Enfócanos la próxima semana, te sorprenderá nuestra MIRAda.
