viernes. 26.04.2024

El Sevilla no se gana el perdón del Pizjuán

Los de Lopetegui no pasaron del empate ante un Alavés que se adelantó en el marcador pero que vio como Ocampos, de penalti, empataba definitivamente el partido

La eliminación en Copa había abierto una minicrisis que parece que seguirá una semana más en el Pizjuán tras no poder superar al Alavés. El gol de Ocampos empató el tanto inicial de Joselu, que obligó al Sevilla a remar a contracorriente para poder sumar un punto ante su afición.

Volvía La Liga al Sánchez Pizjuán con la herida aún abierta tras la fatídica eliminación copera frente al Mirandés. Ante el importante examen ante su público, Lopetegui volvió a alinear al equipo que mantiene al Sevilla en los puestos privilegiados de la clasificación. Ocampos, Fernando y Reguilón, volvían al once, mientras que Sergio Gómez sería la principal novedad en defensa por la sanción de Diego Carlos.

El pitido inicial hizo que todo lo ocurrido durante esta semana quedase en el olvido. La afición, lejos de increpar al equipo, se centró desde el minuto uno en animar sin un mínimo atisbo de pitada, ni tan siquiera a Ever Banega, uno de los más señalados.

El Alavés se había plantado sólidamente durante los primeros compases del partido. Garitano había implantado una línea de cinco defensas con el objetivo de ahogar las constantes permutaciones en banda de los locales. Así, el Sevilla por mediación del trío Fernando-Banega-Jordán, hizo suyo el centro del campo obligando a los visitantes a vivir constantemente en su terreno.

Se hizo de rogar la primera ocasión del partido. Esta vez fue De Jong, quién remato un balón servido a la cabeza por Nolito tras un córner desde el costado izquierdo, sin embargo, el cabezazo cayó manso a las manos de Pacheco.

A falta de tres minutos para terminar la primera mitad, el Alavés sorprendería con la ocasión más clara del partido. Un tiro de Joselu obligó a Vaclik a convertirse en héroe para mantener el empate en una primera mitad casi sin ocasiones y que terminó con la reprimenda de Nervión a su equipo.

No quiso esperar mucho más Lopetegui para ver cambios en su equipo y a los cinco minutos del segundo tiempo decidió mover ficha. Nolito y Jordán se retiraron para dar entrada a Franco Vázquez y Suso, flamante fichaje de invierno del conjunto hispalense.

Los locales comenzaban avisando desde el balón parado. Banega puso un balón milimétrico a la cabeza de Koundé que remató rozando el palo izquierdo de la portería defendida por Pacheco.

Muy pronto comenzó a conocer el Pizjuán de lo que es capaz Suso, que espoleó a la grada con sus primeros regates como jugador rojiblanco. El gaditano tenía ganas de ser protagonista y arrancando desde la derecha dio al Sevilla esa verticalidad y velocidad que le había hecho falta al equipo durante los primeros 45 minutos.

Corría el minuto 63 de partido cuando la polémica se desató en el Pizjuán. Del Cerro Grande decidió señalar falta y tarjeta amarilla para Laguardia por derribar a  Ocampos que se marchaba solo frente a Pacheco. El Sevilla había revolucionado las pulsaciones del partido y el Alavés se veía desbordado por la eficaz presión local.

Contra todo pronóstico los que se adelantaron en el marcador fueron los visitantes. Joselu aprovechó una jugada ensayada para empujar un balón que se había quedado muerto en el área tras la intervención de Vaclik al remate de Camarasa. Los de Lopetegui recibían de esta manera un mazazo tremendo por cómo se había desarrollado el partido.

El Sevilla activó su gen competitivo para remontar un partido que se le había puesto muy cuesta arriba. A los cinco minutos del gol, un penalti señalado por mano en el área del Alavés, fue suficiente para que Lucas Ocampos pusiera las tablas en Nervión. Los rojiblancos aún tenían 15 minutos por delante para sellar unos tres puntos que se  vaticinaban vitales en la previa.

Los nervios y el descontrol se apoderaron del último tramo del partido. El Sevilla, bajo la necesidad de sumar los tres puntos, no lograba conectar ninguna jugada peligrosa que pudiera inquietar a Pacheco, mientras que el Alavés agotaba todas sus fuerzas defendiendo un resultado de oro para sus intereses.

Finalmente, nada se movió en un Pizjuán que vio cómo su equipo no pudo resarcirse tras la dolorosa eliminación copera y deja escapar la tercera posición que ahora la ocupa el Getafe tras su victoria frente al Athletic Club.

El Sevilla no se gana el perdón del Pizjuán