viernes. 19.04.2024

Y al final se hizo la luz

La comparsa de Kike Remolino brilla en una larga noche de clasificatorias

La luz siempre acaba brillando. Eso debieron pensar los aficionados que se dieron cita en la casa de los ladrillos coloraos en la séptima función de clasificatorias del viernes día 1 de febrero. Hubo que echarle paciencia, siguiendo la tónica de esta fase inicial, pero mereció la pena esperar.

Kike Remolino vuelve a regalarle a los carnavaleros una comparsa exquisita en todos sus conceptos, principalmente en el musical que es la primera impronta que queda. Lo de las letras del estreno ya se sabe que cuenta poco así que tampoco optó por meterse mucho en harina. Debe haber mucho bueno guardado.

La raíz chirigotera de Enrique García Rosado aparece en unos cuplés que dejan a cierta distancia a cualquiera que pueda interpretar otra agrupación de la modalidad del quejío. Lástima que, pese a lo cuidadoso que suele ser el autor, pudiesen apreciarse pequeños errores en la conjunción de voces. Mantiene la línea de 'Los campaneros', aunque la sensación inicial es que la idea no ha cuajado tanto como en 2018. Cuestión de seguir escuchando.

Hasta que la luz se hizo, la oscuridad fue la que predominó en el Teatro, solo alumbrada por ciertos destellos protagonizados de forma aislada por algunos de los grupos que integraban el menú coplero de la velada.

Entre ellos, el coro de José Manuel Valdés. No compite con ninguno y, posiblemente, no ganará nunca. Pero eso casi que es lo de menos. Desde un primer momento, su tropa se lo pasa bien que, al fin y al cabo, es el objetivo de todo esto. Luego en la calle suele ser un 1.

Encima, el personal se ríe con algunos buenos golpes que siempre incorpora a su repertorio, en este caso a 'Siguiendo tus pasos, Cádiz'. Este 'remake' de 'Las fans de Los Santos' tendrá cierta recorrido procesional, aunque parece que no demasiado. De momento, salvo contadas excepciones, pocos coros han mostrado un nivel notable.

Le siguió la joven chirigota de Chicho y José Juan Pastrana 'Tin-Ta, Tin-Ta', que volvió a subir un escalón en relación a su apuesta de los churreros de 2018. Grupo que, conforme, vaya cogiendo tablas, a buen seguro que se acabará metiendo en la pelea. De momento, parece un poco pronto.

Tras ese destello, la luz se volvió a apagar con 'Los vendehumo'. Es más si lo vendieron realmente tampoco es que nos enterásemos demasiado. La comparsa pasó sin pena ni gloria por el certamen pese a mojarse en sus letras con ciertos temas candentes. Tampoco, el grupo acompañó demasiado.

La cuna de la libertad que es este Teatro Falla en febrero acogió con más respeto de la cuenta la presencia del cuarteto 'Aquí ya está to inventao'. Tipo arriesgado y algo surrealista (cualquier día veremos a un tío desnudo en el Falla) y una interpretación muy por debajo del nivel que se le presupone a una agrupación que pisa estas tablas. Si llega a cantar Aragón luego.....

Sus paisanos cordobeses de 'Los mequetrefes' elevaron en cierta medida el listón de la ciudad de la Mezquita en la noche. Por momentos recordó, aunque a cierta distancia, a las queridas comparsas de 'Taleguilla' y compañía. Pero más por las ganas, la intención y el cariño que le ponen que por el repertorio propiamente dicho.

Écija irrumpía en el coliseo gaditano con 'Paqui, baja aunque sea en pijama', una propuesta que consiguió levantar algo al respetable que ya pensaba en Kike Remolino. Apuesta atrevida rematada con una buena actuación respaldada por letras más que aceptables. Chirigota que hizo reír y como están las cosas casi que es un milagro. Hasta es posible que repitan.

La comparsa rondeña 'El arrecife' mantuvo la tónica de años anteriores, con un grupo que defiende de maravilla el proyecto coplero de sus autores. Lástima que se quede algo lejos de algunas recordadas comparsas que incluso atravesaron el umbral de la clasificatoria. Este vez parece que no.

Y al final se hizo la luz