martes. 16.04.2024

Siete Palabras de devoción, ocho letras de diamante

Sobria y a la vez brillante procesión extraordinaria que hizo recordar tiempos pretéritos

Tiene mérito ser cofrade en Cádiz y más complicado es serlo en una hermandad humilde. Esa condición se multiplica todavía más cuando llega una ocasión especial, de esas que llaman extraordinaria y se responde con creces.

Y los cofrades de Siete Palabras, con su junta de gobierno encabezada por Manuel García a la cabeza, han estado a la altura. No solo por la guinda de la procesión, sino por haber sabido rodear a la efeméride de la solemnidad y prestancia que merece.

Mucho y bien se está trabajando últimamente en una hermandad que no hace muchos años vivió una situación convulsa. Tiempos no muy lejanos en los que incluso se llegó a temer por su futuro.

Una buena prueba de ello pudo comprobarse en el cortejo. La recuperación del capital humano siempre es un punto que suma y en este desfile extraordinario ese nutrido grupo de hermanos evidenció que la cofradía ha renacido.

A las ocho de la tarde, la Merced era un hervidero de cofrades e incluso curiosos que no querían perderse ese primer instante sagrado. Había motivos para ello porque esos primeros ojos fueron los privilegiados que contemplaron la disposición inusual del misterio.

Disposición inusual y en la que volvió a brillar con luz propia el trabajo del vestidor Iván Aragón, una de esas manos privilegiadas con las que cuentan las cofradías gaditanas entre su nómina.

En la presidencia, el hermano mayor, Manuel García Sánchez, escoltado por el Sentencia, Benito Moya, al que acompañaba el tesorero de su corporación penitencial, Andrés Bragado, responsable de prensa de la Policía Nacional en Cádiz y que iba ataviado con el uniforme del Cuerpo.

Entre las novedades, la presencia de la Banda de Cornetas y Tambores 'Amor de Cristo', de la localidad sevillana de San Juan de Aznalfarache que, igualmente, acompañará al misterio en la Semana Santa de 2020.

El público poco a poco fue sumándose a un cortejo que nunca se sintió solo. Entre los espectadores de excepción, el alcalde de Cádiz, José María González, observaba el tránsito del desfile en la plaza de la Catedral frente al tiovivo.

Alrededor de las dos de la mañana, con cierto retraso sobre el horario inicialmente previsto, la procesión llegaba de nuevo a la Merced y se topaba con el fervor de un barrio que arrancó septiembre con gozo a la espera la Copatrona de Cádiz se reencuentre con sus vecinos.

Siete Palabras de devoción y ocho letras de diamante, de 75 años de vida culminados con un desfile sobre y a la vez brillante que hizo recordar tiempos pretéritos. Que cumpla mucho más.

Siete Palabras de devoción, ocho letras de diamante